Llegas a casa con un bebé en brazos.
Más o menos empoderada (o no) de tu parto.
Más o menos cansada.
Con una lactancia establecida que, más o menos va saliendo adelante…

Y pasa el primer mes, y tu pareja vuelve al trabajo. O no tienes pareja, pero tu entorno vuelve a sus quehaceres, pasando los brazos de al principio, los primeros cuidados. Ni siquiera has salido de la cuarentena, pero estás en casa, sola, a veces más de 8 horas al día, con un bebé que demanda, la casa patas arriba, sin haberte mirado el espejo el último mes. Afrontando una crianza en soledad. Sin tribu. Con familia y amig@s más o menos cerca, pero sin esa red en la que sostenerte.

Vives en una montaña rusa. Momentos de conexión infinita con ese bebé que sostienes, de maravillarte de la Vida y su milagro que se hizo persona dentro de ti. Y momentos de cansancio extremo, de ganas de llorar y dejarlo todo, de sentirte sola, ajena al mundo, incomprendida.

Bienvenida al puerperio. A la maternidad y la entrega sin límites. Bienvenida a la soledad del hogar.

¿Cuántas mujeres nos encontramos, o nos hemos encontrado, así?Con un bebé que nos fascina y nos abruma por partes iguales. Con una casa que se nos cae encima, sin energía para echarnos a la calle porque entre que conseguimos arreglarnos y arreglar al bebé y desayunar algo, ya es la hora de comer…

No se si tu, como yo, te has preguntado, ¿dónde está tu tribu?. No se si tu, como yo, has soñado con vivir más cerca de esa amiga que está en el mismo momento vital, de esa hermana que te escucha sin juicio, de esa mamá que también tiene hijos mayores que necesitan juegos , escucha, atención. Y te sientes que no llegas, que es muy grande todo, y muy frío. Y los días muy largos. Y la soledad muy pesada. 

Tenemos la ventaja de las tribus virtuales. De esos grupos de Facebook y de Whatsapp que echan humo y responden a las horas más intempestivas de la noche. De los grupos de lactancia en los que nos sentimos menos solas. Y de los encuentros fugaces con las amigas , hermanas, con las que podemos ser las que somos, puérperas, despeinadas de lágrima fácil y pechos rebosantes, de teta al aire y bebés en brazos.

Está en nuestra mano maternar a las otras madres. Ponernos disponibles cuando otras pasen ese tránsito puerperal. Ir tejiendo tribus de mujeres que ponen la crianza en el centro de sus vidas. Desde reAmare queremos acompañaros y acompañarnos, con nuestros grupos de lactancia, atendiendo vuestras consultas en el grupo de Facebook. Con nuestras formaciones, en las que papás y bebés son bienvenidos…y, quien sabe, quizás con un grupo de crianza, en el que poder compartir y aprender juntas…

¿Os interesa?¿Queréis uniros a nuestro grupo de crianza?¿hacemos tribu?

¡Vuestra opinión nos importa!